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Dos importantes muestras en el MAMBA

Dos importantes muestras en el MAMBA

En el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, ubicado en la avenida San Juan 350, se inauguraron recientemente dos importantes muestras de dibujos.
Se trata de sendas selecciones de trabajos de Pablo Picasso y de Antonio Berni tituladas, respectivamente, Más allá de la semejanza y Revelaciones sobre papel. La primera ha sido curada por la directora del Museo, Victoria Noorthoorn, y por Emilia Philippot, del Museo de Picasso, de París, de cuya colección provienen las obras expuestas, y la segunda por Marcelo Pacheco.
Según se informó, la muestra de Picasso, que consta de 74 trabajos, es la primera retrospectiva en el país dedicada a los dibujos del artista, realizados entre 1897, cuando tenía 16 años, y 1972, un año antes de su muerte.
En opinión de Pedro Gaeta, presidente honorario de la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos (SAAP), se trata de “una muestra muy representativa de la trayectoria de Picasso, quien supo emplear todas las técnicas, todos los estilos y todas las maneras” y permite apreciar “cómo la mano se mueve de una manera muy expresiva y muy sensible”. Advierte, sin embargo, “algunos casos de automatismo y de improvisación sobre cosas que vio en el momento”.
Observa, además, que “tiene muchos trabajos muy estructurados y otros en los que, a propósito del tema, efectúa una deformación, y en ese mecanismo de trabajo aparece su vuelo más creativo, constituyendo lo que se conoce como la imagen picassiana”.
Considera que el artista español fue “uno de los mejores y más completos dibujantes de la historia” y acota: “En su gran mayoría, ya conocía esos trabajos porque cuando vivía en París iba permanentemente al Museo”.
A propósito de “los primeros dibujos, que aún firma con sus apellidos paterno y materno (Pablo Ruiz Picasso)”, Pedro destaca, en Hombre sentado con bastón y máscara: “En parte de la cabeza y cuello tiene sombreados, y el resto es línea; lo mismo hace en dos autorretratos. Uno podría pensar que están inconclusos, pero son los resultados de su mecanismo de trabajo”.
Refiere que “aproximadamente en 1909 empieza a aparecer el cubismo, y trabaja con rectas y figuras geométricas yuxtapuestas”. Señala que “en la gran mayoría hay sombreados, de alguna manera la sombra reemplaza al color” y remarca de este periodo, entre otros dibujos, Busto de mujer y Violinista.
Cuenta que “en 1914 parte del cubismo al surrealismo, relacionados con el cual hay algunos trabajos”, como el célebre Mujer recostada y guitarrista.
“A partir de 1919”, prosigue Gaeta, “Picasso vuelve a la figuración: Retrato de mujer con sombrero y las manos cruzadas y Tres bañistas son manifestaciones de esa obra más figurativa”, en la que menciona además “un retrato de Pierre-Auguste Renoir, de línea suave y muy sensible y otro retrato que a mí me gustó mucho, el de Eric Satie, de línea marcada y expresiva y de una continuidad de forma muy interesante”.
Refiere luego que “en 1930 realiza una serie llamada La metamorfosis, donde vuelve a la deformación de la imagen” y que en “esa década, que marca el ascenso del nazismo, sus trabajos expresan la violencia en la figura” y resalta de entre ellos Animal salvaje atacando a una mujer desnuda.
Añade que “esa violencia se prolonga hasta la década siguiente”, y señala en ese sentido Estudio para “La serenata”, una gouache de 1942, que así describe: “Un tríptico de mujeres desnudas en posición vertical: la primera a la izquierda, cabeza abajo, la del medio de frente y la tercera de medio perfil”.
Por último, destaca los tres Estudios para “Las Mujeres de Argel” según Delacroix, creados a fines de 1954, a un mes de iniciarse la guerra de Argelia. Se trata, explica, de “trabajos bastante cargados de línea, con muy poquito sombreado”.
En cuanto a la muestra de Berni, abarca trabajos realizados entre 1922 y 1981 que, según se informó, “se ordenan a través de conjuntos armados” alrededor de distintos ejes. Pedro menciona en primer lugar una serie de desnudos, la mayoría de los cuales proviene de la época de París, cuando entre 1927 y 1928 Berni estudiaba con Othon Freisz, “si bien en todas las épocas hizo desnudos”, y considera que “algunos de los expuestos son muy buenos, mientras que otros parecen abocetados”.
Subraya que el artista “emplea distintas técnicas, como lápiz, carbonilla, grafito y tintas” y que “viendo todos los dibujos, que son muchos, se observa en general una línea muy firme, segura y expresiva”, aunque, agrega, “algunos están realizados con el mecanismo del automatismo”.
Se refiere seguidamente a “algunos bocetos de los murales que realizó, junto con Spilimbergo, Castagnino, Urruchúa y Colmeiro, en la cúpula de las Galerías Pacífico”.
Remarca que “en esos trabajos, como en toda la muestra, se nota una fuerte presencia de contenido social y político y una permanente actitud de compromiso” y que “en la toma de conciencia fue fundamental la influencia del gran poeta Louis Aragon, a quien conoció durante su estancia en París”.
En ese sentido, apunta a “una serie americanista realizada entre los años 40 y 50” y a otra “también muy interesante, denominada Santiago del Estero”, así como a “una conmovedora serie de retratos de familias pobres con chicos”.
Destaca asimismo “una serie de dibujos relacionados con la última dictadura, que nunca habían sido expuestos, con impactantes escenas de represión, de prisión y de tortura”.
En otro orden, alude a “una sala de temas eróticos, en la que se exhiben algunos trabajos inspirados en el Decamerón de Bocaccio”.
Gaeta finaliza su recorrido con la siguiente evaluación: “Lo que me pareció mejor de la muestra fue una serie de retratos de personajes, realizados todos en primer plano, donde pone de manifiesta una buena línea y una notable expresividad”. Puntualiza que “los retratos son una constante en la obra de Berni, y expresa su admiración por “un magnífico retrato de mujer, trabajado en monocromo, que es una belleza”.
Por último, se lamenta: “En ningún momento la muestra dice que Berni fue presidente de la SAAP, en la que participó muy activamente, y donde dio su célebre charla Proceso al arte moderno, que tuvo una concurrencia tan nutrida que hubo que instalar parlantes para que pudieran escuchar quienes habían quedado afuera”.
La muestra de Picasso se exhibirá hasta el 28 de febrero del año próximo y la de Berni, hasta el 19 de ese mes. Ambas pueden visitarse de martes a viernes en el horario de 11 a 19, y sábados, domingos y feriados de 11 a 20. Los lunes, el Museo permanece cerrado. Se ha fijado un valor general de veinte pesos para la entrada, que los martes es gratuita.
Con relación a la primera de esas muestras se han organizado distintas actividades. Así, todos los días, a las 12 y a las 16, se realizan sendas visitas guiadas a cargo de los educadores del Museo, mientras que para el 19 de enero y el 21 de febrero próximo, a las 17, se anunciaron otras dos, que estarán a cargo de la curadora asistente de la exhibición, Laura Hakel.
Según se advirtió, esas visitas tienen capacidad limitada y los cupos se organizan por orden de llegada, para lo cual los interesados deben inscribirse en la Recepción del Museo.
Además, el 16 de este mes, a las 18:30, tendrá lugar una conversación pública sobre la muestra entre Victoria Noorthoorn y Emilia Philippot, mientras que el 12 de enero próximo, a esa misma hora, dictará una conferencia el presidente del Museo Picasso de París, Laurent Le Bon, y el 8 de febrero, también a las 18:30, Noorthoorn y el artista plástico Eduardo Stupía conversarán sobre Picasso y el dibujo.
En cuanto a la muestra de Berni, de martes a viernes a las 16, y los sábados y domingos a las 15, se realizan visitas guiadas a cargo de miembros del Departamento de Educación del Museo. No se requiere inscripción previa.

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