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Felipe Vallese y su tiempo

Felipe Vallese y su tiempo

Hoy se cumplen sesenta años del secuestro y la desaparición en Caballito Norte del militante político Felipe Vallese. La policía de la provincia de Buenos Aires fue la ejecutora de la redada en la que también fueron detenidas varias personas –entre ellas un hermano de Vallese–que luego de largos días de cautiverio y torturas recuperaron la libertad. Con motivo de este acontecimiento, reproducimos a continuación el trabajo que, en ocasión de su cincuentenario, realizamos para la edición gráfica de Tras Cartón. Llevaba el mismo título que precede a este encabezado.

Felipe Vallese fue un obrero metalúrgico y dirigente de la Juventud Peronista que fue secuestrado el 23 de agosto de 1962. Torturado y asesinado por la policía de la provincia de Buenos Aires, es uno de los primeros desaparecidos de la historia argentina. La policía de la provincia actuó en la Capital Federal gracias a una zona liberada por la Policía Federal. Así Felipe Vallese fue secuestrado en Canalejas y Donato Álvarez, en el barrio de Caballito. ¿Cómo explicar este hecho?

El primer peronismo (1946-1955) constituyó una república social burguesa. Una forma social donde la relación capital-trabajo nunca fue superada, pero donde el proletariado industrial sindicalmente organizado estaba incrustado en las instituciones económicas y políticas de la burguesía. El golpe de Estado de septiembre de 1955 expulsó al proletariado de la república burguesa y reestableció el dominio de la burguesía terrateniente y en general de la gran burguesía monopolista. En el movimiento peronista en la oposición fueron delineándose progresivamente dos tendencias: por un lado, la combativa y antiburocrática, con mayor dinámica en la Juventud Peronista, y, por otro lado, la burocrática y participacionista, que buscaba formas de integración en el sistema político posterior a la autodenominada Revolución Libertadora de 1955.

Fracasado el objetivo de su desperonización, la mayoría de los sindicatos, a través de las 62 Organizaciones y de la CGT, continuaba respondiendo ideológicamente al movimiento. El gremio metalúrgico al que pertenecía Felipe Vallese estaba dirigido por Augusto Timoteo Vandor, que sería uno de los principales exponentes de la referida tendencia burocrática.

“Vallese –dice Ariel Eidelman– es el primer militante político detenido desaparecido desde el gobierno peronista. En 1962 era un obrero de 22 años, peronista y católico, aunque había defendido la causa laica en el 58. Vivía con su familia y su padre era verdulero. Desde los 18 años, Felipe Vallese era delegado sindical en la metalúrgica TEA SRL de la Capital Federal. Activista de Agrupación Metalúrgica Organizada de Capital (AMOC), la lista vandorista en la UOM y un cuadro de la JP, participante del grupo de Corrientes y Esmeralda, desde 1957. A los 19 años integró la Mesa Ejecutiva de la JP: había participado de su bautismo de fuego, el operativo de Ezeiza, junto a [Alberto] Rearte. En 1960 fue detenido por Coordinación Federal y estuvo preso en Caseros por su actividad gremial. Vallese era un buen ejemplo del nuevo activismo sindical y político del peronismo, surgido al calor de la resistencia obrera y con una importante experiencia militante”.

En agosto de 1963, al cumplirse el primer aniversario de su secuestro, en el interior de la UOM se planteó una puja entre la dirección vandorista y los sectores combativos en relación a cómo debía encararse la lucha contra la patronal y el sistema y la reivindicación de Felipe Vallese. Mientras los combativos proponían organizar una gran manifestación popular acompañada de actos relámpagos y paros de dos horas en las fábricas, Vandor sólo se limitó a disponer un paro simbólico de 15 minutos. Hacia 1963 ya se perfilaban claramente las dos tendencias del peronismo.

Para John William Cooke, el peronismo debía ser el movimiento de liberación nacional y social que abriese el camino del socialismo en la Argentina. Para la burocracia sindical, se trataba de buscar formas de coexistencia y participación en el sistema político y social imperante. La burocracia fue tornándose cómplice de las acciones de la policía contra los activistas sindicales y políticos del peronismo y de la izquierda.

Ortega Peña y Duhalde, en su trabajo Felipe Vallese: proceso al sistema, trazaron una relación entre las luchas de los trabajadores en el siglo XX y las luchas de las montoneras en el siglo XIX. Decían: “Bartolomé Mitre, amo de la oligarquía en el siglo pasado (XIX), había ya expuesto, con claridad, la teoría que servirá de justificación a la Represión del siglo venidero (XX): a la montonera de La Rioja se la enfrentaría con una ‘guerra de policía’. Para eso ‘bastaba con declarar ladrones a los montoneros’, es decir, a los luchadores nacionales de aquella época. (…) Felipe era un heredero de aquellos bravos montoneros. Era un ‘vándalo’ porque quería cambiar la semicolonia en que vivimos, por una Patria. Era un ‘vándalo’ porque era un integrante de la juventud peronista, era un ‘vándalo’ porque era un trabajador metalúrgico. (…) Hoy como ayer se recurre a la ‘guerra de policía’. Pero si ayer fueron los montoneros de Peñaloza y Varela las víctimas de una oligarquía al servicio del Imperio Británico, es indudable que Felipe Vallese, militante peronista, es el mártir y el símbolo de esta nueva represión colonial que se desata en la Argentina del siglo XX”.

Lo que no se dice pero que nosotros podemos señalar con la perspectiva que dan los años es que Felipe Vallese fue una de las primeras víctimas de la política pendular de Perón, que consistía en amenazar con la izquierda y golpear y gobernar con la derecha. Lo dijo el propio Perón: “En la partitura peronista es necesario pedir la colaboración de las diferentes melodías. Asigno a Vandor la conducción de las corrientes conservadoras, evolucionistas, las cínicas que el régimen está dispuesto a tolerar. En contraposición, Framini*, en cambio, asume la conducción del extremo agresivo, revolucionario, en permanente ruptura con el sistema. Los dos vienen a corresponder a diferentes aspectos y corrientes que conforman el contenido nacional y cristiano de nuestras masas”.

*Andrés Framini, alias el Negro (1914-2001), fue un dirigente sindical y político de Argentina. En 1962 fue elegido gobernador de la Provincia de Buenos Aires, pero el resultado fue desconocido por el entonces presidente Arturo Frondizi. Fue secretario general de la Asociación Obrera Textil en los períodos 1951-1955 y 1959-1968. En 1955 y 1961-1963 integró la conducción ejecutiva de la CGT.

Fuentes consultadas:

Eidelman A. MIlitancia e historia en el peronismo revolucionario de los años 60: Ortega Peña y Duhalde. Buenos Aires, Ediciones del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, 2004.

Ortega Peña R. y Duhalde E.L. Felipe Vallese, proceso al sistema. Buenos Aires, Punto crítico, 2002.

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